Nuestra corta y bonita historía
Érase una vez un cubano trotamundos que encalló su barco en las costas de Chile, pensaba que ya había sacado el mayor provecho del nuevo mundo, y estaba fijando vistas en nuevas tierras cuando escuchó el maravilloso canto de una ballena francesa, embelesado, decidió quedarse a probar suerte un tiempo más… se dijo que sería solo por unos meses…
No contaba el cubano este, con que la ballena se convertiría en sirena y terminaría quedándose mucho más de lo previsto.
Y muy felices comieron perdices. Fin.